Cajón de sastre

Matilda, la gran revelación de Minchin

Cuando en la Royal Shakespeare Company encargaron a Dennis Kelly y Tim Minchin hacer la versión musical de la novela Matilda, de Roald Dahl, no sabían que empezaba el proceso de producción de uno de los grandes musicales de la historia inglesa. A mi juicio es el mayor acontecimiento en el mundo del teatro musical tras Wicked (de Stephen Schwartz).

Matilda, the musicalMinchin tiene mucho que ver en esto que digo tan grandilocuente. La obra de Dahl era una garantía, como lo había demostrado la versión cinematográfica. El gran acierto fue elegir a Minchin como autor de las canciones del musical, siguiendo el libreto de Kelly. Minchin es un monstruo de la escena. Domina como nadie una especialidad poco o nada cultivada en nuestro país, la canción satírica y humorística. Así ha triunfado, tanto en su australia natal como en resto de países de habla sajona. Luego ha venido Matilda, y el año pasado el papel de Judas en una fantástica versión (la ‘arena tour’) de Jesus Christ Superstar, de la que hablaré otro día.

Para conocer a Tim Minchin basta con darse un paseo por YouTube y buscar su nombre. Si no dominamos el inglés podemos añadir la palabra mágica «subtitulado». A modo de muestra pondré uno de los resultados. Es un monólogo rimado (poema rítmico, lo llama él) que deja la boca abierta y una sonrisa a la vez, lo cual es casi tan difícil como lo que él hace. Se llama ‘Storm’.

Minchin ha sido capaz de hacer unas canciones adorables y brillantes

Pues bien, este señor tan ingenioso, que canta tan bien (lo veremos otro día, insisto), ha sido capaz de hacer unas canciones para el musical Matida absolutamente adorables y brillantes. La función nos cuenta la historia de Matilda, niña de infancia complicada, menospreciada por sus padres y hermano. De ahí que se concentre en la lectura y pronto llega a la conclusión de que merece la pena ser un poco traviesa (de ahí el tema ‘Naughty’, uno de mis preferidos). En el colegio, la señora Trunchbull castiga de forma injustificada a los alumnos. Y ahí empieza una trama que quienes han visto la película conocerán, aunque esta es menos fiel a la obra original de Roald Dahl. Hay otros dos temas en el musical que destacan por encima del resto: ‘When I grow up’ y ‘Revolting children’, aunque la obra entera es una auténtica delicia.

Matilda ganó siete premios Oliver (los ‘oscars’ del teatro inglés) de diez nominaciones. Y el pasado mes de junio se llevó cuatro de los doce premios Tony (lo mismo del teatro de Broadway), entre los que están el mejor guión en un musical, actor, diseño escénico e iluminación. La puesta en escena es tan sencilla como espectacular, con originales recursos como el de los columpios o los patinetes. El excepcional trabajo de un reparto compuesto mayoritariamente por niños es el remate final que me lleva a la conclusión de que este el mejor musical de la década. Por lo menos. Bueno, cuando algo me gusta mucho tiendo a exagerar, pero está realmente bien.

Todo lo anterior era una excusa para poner el siguiente vídeo. En la ceremonia de los Tony de este año, una de las más brillantes que recuerdo, el equipo de Matilda interpretó un numerazo musical compuesto por los tres temas que he mencionado anteriormente. El público del Radio City Music Hall enloquecía con esta notable muestra de lo que es el Matilda. Además, la suerte es que he encontrado una versión subtitulada (la palabra mágica de nuevo). ¡Disfrutadlo!

David Cano es creador y editor de laGatera, fundador e impulsor de Atomible, autor del blog El Gato encerrado en telecinco.es, además de colaborar en el programa MorninGlory en Radioset y BeMad. Realiza labores de analista de social media y bloguero freelance.

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